jueves, 22 de octubre de 2015

De que depende la tolerancia al picante?

¿Por qué produce picor? ¿De qué depende la tolerancia al picante? Jesús Rodríguez Huertas, director en Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada y Catedrático de Fisiología en la misma, nos acerca a la capsaicina, una sustancia química presente en los pimientos picantes.
El especialista explica que al coger un chile con la mano, no notamos nada porque los receptores del dolor, células especializadas en detectar el daño químico, no están en la superficie de las yemas de los dedos; sin embargo, si acto seguido tocamos una mucosa como los ojos o la lengua, percibiremos picor, el fruto de la exposición directa de la capsaicina con estos receptores.
Está claro que no todo el mundo soporta el picor por igual, esto sucede porque “los receptores al dolor son adaptables, se pueden ir habituando con el tiempo” señala Rodríguez, quien afirma que también depende de los receptores de la capsaicina que tenga cada uno.

Dosis
En la variedad está el gusto, y cuando se trata de pimientos picantes hay dónde elegir. Algunos de los que contienen una dosis media-alta de capsaicina son los jalapeños, los habaneros o las guindillas.
El experto explica que todos los pimientos tienen capsaicina “incluso los que llamamos dulces pero la cantidad es tan baja que no estimula los receptores de dolor”.
Aplicaciones potenciales
Son muchos los usos y beneficios que asocian a los pimientos ricos en capsaicina. Entre ellos, su empleo como analgésico en patologías como psoriasis, artritis reumatoide o neuralgias. Rodríguez explica que la acción calmante de esta sustancia se debe a que “en dosis bajas y controladas actúa sobre los receptores del dolor y cambia el foco de atención engañando al sistema nervioso central”.
A esta sustancia química también se le atribuyen otras virtudes, desde poder anticancerígeno hasta su acción como adelgazante, pasando por cualidades de afrodisíaco.
Sin embargo, Rodríguez advierte que hay que ser cauto porque “lo que conocemos es muy poco, hay que investigar y trabajar mucho, lo que sí es cierto es que tiene un potencial enorme en distintas aplicaciones”.
El especialista señala que las investigaciones que han demostrado los beneficios de la capsaicina en el tratamiento de algunos cánceres como el de pulmón, son todos estudios en cultivos celulares.
Estos hallazgos apuntan que, selectivamente, la capsaicina es capaz de destruir muchas de las células cancerígenas sin alterar mucho las sanas. El mecanismo de acción es el siguiente: esta sustancia produce un estrés oxidativo muy fuerte en las mitocondrias de las células cancerígenas e induce lo que denomina “apoptosis” que es una muerte genéticamente programada y desaparecen.
El especialista afirma: “Estamos intentando hacer un proyecto de investigación para probar que la quimioterapia y la radioterapia serían más eficientes si a través de la dieta incrementamos la cantidad de capsaicina como coadyuvante, pero está una fase inicial”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario